Los adioses, los tal vez, los te quiero, los gracias, los perdón que se quedaron atrapados y no pude decir. Estaban aquí.

jueves, 16 de octubre de 2014

El temblor de los semáforos en verde

Te postquiero.
Como el final de una fiesta, en el que las serpentinas y el confeti parece más apagado, sin el sentido. Algo tan simple pero enredado a la vez. El tiempo pasa diferente, y los segundos no saben igual. Paso frente a nuestro sofá y sonrío a medias, como si aún no terminara de creer que yo sigo siendo yo aunque todo haya cambiado.

¿Qué te llevaste contigo? ¿Qué hiciste antes de marcharte para que el verde de los semáforos tiemble al parpadear?

Te cuento que, al menos aquí, sigue helando la carretera los primeros días de enero. El café de la esquina sirve las mismas tazas de chocolate amargo, agridulce. Como nosotros. Como el "yo" en el que me he convertido.

A veces me pregunto si lo que siento es que te echo de menos. Cuando compro el mismo sabor de helado, cuando termino siempre en los mismos acordes de guitarra. Cuando muevo los libros de sitio y veo aquel, cada vez más cubierto de polvo.

¿La Historia Interminable?

¿Cómo te atreviste a ponerle fin?