Los adioses, los tal vez, los te quiero, los gracias, los perdón que se quedaron atrapados y no pude decir. Estaban aquí.

miércoles, 30 de enero de 2013

martes, 29 de enero de 2013

Lo que te conté mientras te hacías la dormida

Nunca he creído en el destino, ¿sabes? Me parecía una absurda forma de justificar cualquier cambio en nuestra vida, de abandonar al caprichoso azar la autonomía del ser humano. Tampoco creas que defienda el antropocentrismo, ni mucho menos. De hecho pienso que somos de los seres vivos más ignorantes que existen en este mundo. ¿Por qué si no íbamos a pasar por encima de tantas cosas bellas sin ni siquiera mirarlas?
Pero no nos desviemos. Ahora te veo ahí, delante de mí, abrazando fuertemente la almohada con las uñas apretadas contra las sábanas, blancas. Rodean tu cuerpo desnudo al estilo griego, tapando las partes precisas para rezumar elegancia; pero aparte de eso, eres completamente distinta a cualquier figura helenística. Tu piel, tostada al sol, es lisa, pero está cubierta de pequeñas pecas que endulzan cada curva. Siempre frunces el ceño cuando te digo lo preciosa que eres. Un mohín infantil que me provoca sonrisas de burla sin poder evitarlo.
Es tan cierto…
Eres bella, duende de fuego. Los mechones rojizos se han colocado caprichosamente a tu alrededor cuando te tumbaste. Todos dicen que me he enamorado.
Nunca he sabido qué es el amor exactamente. Si realmente existe, ¿por qué cada persona lo define de una forma? El sol es un astro brillante que emite gases a elevadas temperaturas, y es así en España, en China y en Australia.  Incluso la tristeza es un sentimiento de desánimo y desasosiego en todos los lugares del mundo. ¿Por qué no hay ninguna regla universal que pueda atrapar al amor?     

Buenos días, pequeña.
Dani.                                                                                                                                               

lunes, 28 de enero de 2013

Las casualidades



A veces todo gira tan deprisa que ni siquiera te paras a pensar en los matices, ¿verdad? Entonces es cuando te das cuenta de que tempus fugit existe. Se desmenuza entre los dedos, y pasamos por alto detalles maravillosos. Y esos son los que importan. Y es que ahora sí parece que ya empiezo a entender, que las cosas importantes al fin... son las que están detrás de la piel.
El segundo exacto en el que todo da un giro radical, 
el guiño que te cambia la vida,
la contracción de los músculos de su cara al dedicarte esa sonrisa.
Una canción.
Burbujas de jabón en una mañana luminosa.
El olor de la hierba.
El color del mar. 

Incluso las lágrimas en aquel cementerio.
Después de mucho tiempo comprendí, que hay cosas que es mejor no entender.
Eso es lo que he aprendido hoy a ver. 

Las casualidades que lo cambian todo.

Preguntas de siempre


Con el móvil en la mano y un papel en blanco se hizo la misma pregunta de siempre; "¿Por qué no le llamas?; ¿Por qué no le dices la verdad...?"La primera pregunta era fácil de responder; eran más de las cuatro de la mañana, y él solía dormir las noches que no hablaban durante horas.La segunda la condujo a otra más complicada. ¿Cuál era realmente la verdad?¿Que cada vez que levantaba la mirada y se encontraba con su sonrisa radiante le daban ganas de darle un beso? ¿Que con sólo rozarle una milésima de segundo se le erizaba la piel?Que se moría por construir un álbum de recuerdos, de momentos inolvidables y efímeros.Que le quería.¿Tan difícil era?"Las cosas, a veces se complican; NOSOTROS las complicamos" ¿Cuál era su solución, entonces? ¿Ir un día y decírselo?






Tal vez (;

lunes, 21 de enero de 2013

Comienzos

Parece ser que los comienzos siempre son emocionantes, ¿verdad?
Es como si la ilusión marcara cada uno de los segundos, como si ese miedo a caer al vacío desapareciera. Como si todo fuera posible, y el vértigo no existiese.
En estos dieciséis años ya he tenido muchos comienzos. Como todos, supongo. Unos más exitosos, y otros un desastre.
Pero uno de los más importantes ocurrió hace ocho años, en el hemistiquio de mi vida. Por una razón incomprensible, un impulso del subconsciente, cogí el lápiz y me arrojé a las páginas en blanco a pintar con palabras. 
"El gnomo viajero", de 2004, es el primer cuento que escribí con el corazón vagando por mi mente buscando emociones y sueños infantiles que plasmar. Apenas tres páginas de una libreta azul, entre dibujos coloreados y garabatos; el comienzo de cientos de páginas escritas.

Como forma de comenzar las publicaciones, la web, y toda la espiral de mostrar mi obra al mundo, aquí os dejo la historia escrita por una niña que soñaba con volar, era fan de David el Gnomo y se había enamorado del universo.

El gnomo viajero.
Había una vez una fábrica que inventaba todo tipo de cosas; globos, pelotas de todos los colores... Pero eso sí, sólo juguetes. Un día el señor que se ocupaba de la máquina que fabricaba globos se despistó con una mariposa azul que le hacía cosquillas en la nariz, y fabricó un globo pero especial. Llevaba un gnomo dentro.
Se lo dieron a un vendedor de globos que ni se dio cuenta de que era especial, por eso se lo dio a una niña llamada Lucía. ¿Sabéis lo que le pasó a Lucía?
Que empezó a decir lloriqueando: "¡Mamá, el globo, el globo se ha escapado!" 
Y cierto era; el globo especial empezó a volar... El gnomo disfrutaba del paisaje muy contento pensando en la aventura que estaba viviendo; pero empezó a anochecer a un paso gigante. Cada vez más arriba el gnomo se durmió. Y cuando despertó estaba rodeado de unos seres llamados niños, iguales que Lucía. Cuando se vio en un espejo vio que él era del mismo tamaño tan gigante (para él nosotros somos gigantes) como los otros niños. 
Los niños le dijeron que eran una pandilla que había intentado llegar a Saturno junto a un astronauta, pero habían fracasado por culpa de un satélite, un cometa y un gran meteorito que no les dejaba pasar, y sólo habían llegado hasta Marte. Se habían hecho cabañas para vivir, y dijeron que ellos sólo tenían pensamientos buenos, y que por eso tenían los ojos de muchos colores. El gnomo tenía al final ojos de muchos colores también.
¿Y sabéis qué? Que el gnomo al final llegó a Saturno con los niños y el astronauta, y de Saturno volvió a la Tierra con sus amigos. Pero al volver volvió a ser muy pequeñito.
Por eso en la Tierra fue a visitar un mago volando en el globo especial (que aprendió a conducir), que le convirtió en ser humano. 
Y allí estará nuestro querido amigo el gnomo-humano, vendiendo globos de todos los colores a niños como Lucía. Y colorín colorete, por la chimenea sale un cohete.

BIENVENIDOS AL BLOG DE LAS PALABRAS DEL VIENTO :)

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domingo, 20 de enero de 2013

Vancouver's Lake.


El único ruido que les acompaña es el de los crujidos intermitentes de las ramas secas bajo sus pies. Se acercan lentamente a través de los pinos, y de ese olor punzante y almizclado que desprenden en otoño. Al llegar a la orilla, en la que tratan de aferrarse a las piedrecitas pequeñas olas, se detienen. Ella le mira con curiosidad, mientras que los ojos de él buscan algún punto lejano, tal vez donde las montañas se besan con el lago.

-¿Ves lo tranquila que está el agua? –Pregunta él, aún ausente.

-Sí. 

-Así era yo una vez. Y entonces… -Lanza una piedra al lago casi con rabia, y el agua se agita y se revuelve creando ondas. -En eso me convertí.

Tras unos minutos en silencio, inmersos en sus propias reflexiones, ella aprieta los labios y murmura:
-Pero si esperamos un rato, se volverá a calmar.

Él sonríe con tristeza, y la mira a los ojos por primera vez en todo el día. Ella se siente pequeña, y le conmueve la expresión de su acompañante. Acerca una mano a su brazo desnudo, y se lo acaricia unos instantes antes de que la piel se erice bajo su tacto y él rehúya de su contacto.

-Pero la piedra seguirá allí abajo. Tal vez el lago se vea igual que antes, pero ha cambiado para siempre.

sábado, 19 de enero de 2013

Palabras al viento de una mecánica de corazones


Últimamente he pensado mucho en todos los cuentos que ya existen; en que es posible que las historias se hayan acabado. Y es que he buscado ideas por debajo de las piedras, pero han escapado, negándose a ser aprisionadas en una historia.

Pero cuando hoy he soñado con cosas imposibles y absurdas, y he llegado a la conclusión de que jamás terminará todo, porque la imaginación no tiene límites.

Porque existe la magia cuando tienes un papel en blanco, esperando ávido tu tinta, porque ahora creo en lo que no es creíble. Porque sé que cuando miro tus ojos todo es posible, y porque quiero que las mariposas buceen en aguas marinas y que los corales iluminen el cielo.

Por eso seguiré escribiendo; por las fronteras de otras historias que nunca traspasarán las mías, porque siempre habrá algo

distinto

que hace que cada una

sea

ÚNICA.