Los adioses, los tal vez, los te quiero, los gracias, los perdón que se quedaron atrapados y no pude decir. Estaban aquí.

martes, 4 de junio de 2013

Estimado señor Tiempo


Tiempo Atmosférico Estival
C/ Atmósfera, s/n
0000-Universo


En la calle de los exámenes finales de junio, Internado de la Santísima Esperanza, a 4 de junio de 2013.

Estimado señor Atmosférico:

Quisiera exponer mi descontento ante la desidia que parece que va a mostrar en los momentos venideros. Tengo entendido que, su pretensión es ofrecer una estación veraniega tibia y con una constante e indefensa máxima de veintipico grados, seguida de berrinches y enfados por su parte, que nos supondrán tormentas y lluvias.
Me gustaría recordarle que su mal humor afecta a toda la población, y que existen especialistas que pueden ayudar a contener su genio. Además, hemos observado últimamente, que ha comenzado a adquirir la mala costumbre de la bipolaridad, y como consecuencia, ha provocado que millones de españoles hayan tenido que duplicar el armario de ropa, dado que no pueden guardar ni la de invierno, ni quedarse solo con abrigos y pantuflas.
Por otra parte, le informo de que personalmente -y me consta que a la gran mayoría de mi gremio le ocurre lo mismo-, he depositado todas mis esperanzas y basado todos mis esfuerzos a lo largo del curso, en el reconfortante y coloquial pensamiento de "qué bien me lo voy a pasar en verano. Calor, helados, piscina...".
Comprenderá entonces mi sorpresa ante la noticia de que iba usted a honrarnos con un "verano tan frío como 1816". No he tenido el placer de vivir aquel año, pero intuyo que no fue especialmente caluroso.
Y oiga, los tópicos (al menos atmosféricos) están para respetarlos, porque las innovaciones ya se hacen en todo lo demás. En invierno nieva, se puede hacer vaho, y prevalece el catarro como primer mandamiento. Primavera es el Terror del Polen, y las amapolas. Y en verano vivimos con aire acondicionado, estrenamos los bikinis, y bebemos las bebidas con hielo en las terrazas de los bares.

Soy consciente de que no estamos en posición de exigir, ya que somos responsables del grandísimo deterioro que está sufriendo su zona de residencia; en nombre de la humanidad, siento ese agujero que le hicimos en el techo de su casa. Le aseguro que nos estamos haciendo cargo de un nuevo retal de ozono para cubrirlo.

Pero si no le importa, señor Tiempo... Haga el favor de mandarnos rayos de sol cálidos, se lo pido como un favor personal.

Saludos cordiales a pesar de mi recelo,


Una estudiante indignada